Hilda García
04/01/2013 - 12:00 am
Cambiando para que nada cambie…
Varios carteles de apoyo cruzaban por el camino que alumnos y maestros de la primaria donde un joven asesinó a 20 niños y 6 adultos en Connecticut, seguían para volver a clases en su nueva sede. Con el regreso a clases se podría considerar para muchos que ya terminó uno de los capítulos más sangrientos […]
Varios carteles de apoyo cruzaban por el camino que alumnos y maestros de la primaria donde un joven asesinó a 20 niños y 6 adultos en Connecticut, seguían para volver a clases en su nueva sede. Con el regreso a clases se podría considerar para muchos que ya terminó uno de los capítulos más sangrientos en la historia moderna de Estados Unidos, pero no. Además del dolor de las familias que perdieron a hermanas, esposas o hijos, está el del debate por las armas y la perspectiva que hay para defender los intereses.
A horas de ocurrido el incidente, se intensificaron los argumentos que exigen la adopción de medidas más estrictas para el control de armas de fuego, en especial en lo referente a la venta de fusiles de asalto de corte militar como los utilizados en las matanzas en Newtown y en un cine en Aurora, Colorado, a principios del 2012. El mismo presidente Barack Obama señaló que se harían los ajustes necesarios para evitar más masacres como estas.
La respuesta entre la ciudadanía se dividió. Por un lado están los que coinciden en que tendría que limitarse la venta de armas; sin embargo, aumentó la demanda de armas de fuego, municiones y productos antibalas. Ante la posible prohibición a la tenencia de armas de fuego, los aficionados entraron en pánico y desataron una fiebre de compras en tiendas y distribuidores autorizados en todo Estados Unidos.
Aumentó, por ejemplo, la demanda de fusiles de asalto en todo el país, a pesar de la escasez de cartuchos calibre .223 para el fusil AR-15 tipo Bushmaster como el utilizado en la matanza en Newtown. De la misma manera, aumentó la demanda de mochilas y pantalones antibalas para ser utilizadas por los niños en las escuelas. Y a partir de esta semana, las escuelas de Marlboro, en el estado de New Jersey, cuentan con guardias armados. Esto, como parte de la lógica de las ideas de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), quienes al mínimo asomo de la declaratoria de Obama por comenzar el debate sobre el control de armas señalaron que la única manera de terminar con un hombre malo con armas era darle armas también a los buenos.
De esta manera, pareciera que los dueños de la industria de las armas siguen ganando. A unos días de la masacre aumentaron las ventas y si bien no son mayoría, la actitud de los residentes y líderes de Marlboro, comienza a dar señales de lo que será la batalla por el control de armas en Estados Unidos y de la manera como esto afecta a México en la llamada lucha contra el narcotráfico, pero sobre todo en la violencia que se ha desatado en el país y que pareciera fuera de control.
No sería lógico pensar que a un mes de la llegada al poder de Enrique Peña Nieto se arreglara el tema de la violencia, pero sí se hace lógico dar seguimiento al tema de cómo es que piensa resolver o al menos aminorar los embates diarios. A dos días de comenzar el 2013 ya tenemos masacres en Zacatecas y en Nuevo León, narcofosas, ejecutados. Cambiaron el sexenio, el año y no nuestra realidad, pero se hace necesario que cambie la dinámica.
Pareciera que al menos en el discurso, Enrique Peña Nieto ha decidido no usar un discurso bélico, tal y como lo hiciera Felipe Calderón a lo largo de sus seis años de gobierno. El PRI, al menos en el primer mes de gobierno, ha decidido seguir una estrategia de comunicación en la que la guerra no se menciona y no se ve, tal y como lo hiciera Obama en Estados Unidos.
Si bien no puede limpiar todo el tiradero en tan sólo un mes, sí es importante saber qué estrategia seguirá para resolver cuanto antes la espiral de violencia. Sumarse al debate sobre el control de armas en Estados Unidos y determinar cuál es la nueva relación en la lucha binacional contra el tráfico de drogas. Sobre todo cuando este tema no pasa sólo por la lucha de armas, sino incluso por el del consumo recreativo y/o medicinal de la marihuana en 17 estados ya de nuestro vecino del norte. Es decir, con la aprobación para consumo se habla también de la producción y venta de la hierba, así que esto se contrapone totalmente a las políticas anteriores y a las medidas tomadas por nuestro gobierno.
Por eso es importante ya saber hacia dónde se quiere dirigir la estrategia. No puede haber silencio en los gobiernos. Incluso Obama tomará posesión en su segundo mandato y algo tendríamos que esperar escuchar. Pues mientras unos y otros guarden silencio los dueños de las armas venden en las armerías, operativos como “Rápido y Furioso” se dan en nuestro país y se libran guerras contra los que hacen la guerra. Todo es lo mismo, la idea es hacer dinero.
Recién estrenamos el 2013 sin que cambie nada. Nada sería peor que llegar al 2018 cambiando todo para que nada cambie.
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